El poder de la mente
Un “día horrible”, es el resultado de tu valoración de los hechos que hoy han transcurrido en tu vida.
Un “buen día” también: es el resultado de la valoración positiva de lo que has vivido hoy.
Aprendiendo a controlar nuestra propia mente podemos cambiar las cosas para mejor, no sólo en nuestro interior sino también en el mundo que nos rodea.
Todos los días estamos tratando de hacer de nuestra vida algo mejor, pero todos los días nos encontramos con nuestros propios pensamientos negativos, con promesas a nosotras mismas, pero que se quedan sólo en eso, en promesas.
Refrescar nuestro propio calendario por una “nueva yo” podría ser una ayuda para conseguir lo que hemos puesto en nuestra mente cuando pensamos y tenemos visiones por una vida ideal, pero no hablemos de riquezas materiales, tratemos de r ahoguémosla en con la voz interior del positivismo, empecemos por cosas simples, por ejemplo con proponernos:
Este mes voy a hacer más ejercicios y prepararme mentalmente para reaccionar mejor ante situaciones adversas. Subiré mi autoestima y no importa lo que esté pasando a mi alrededor tendré claro que no todo lo que pasa es mi culpa.
Tomemos pasos cortos pero firmes, pequeños pasos que nos pueden ayudard;
no se puede razonar con un niño de 2 años, tratar de hacerlo sólo aumenta el histerismo y la frustración, pero si nos llevamos a ese niño a un lugar callado y dejamos que se le pase el berrinche dándole la libertad de gritar y zapatear, obtendremos mejores resultados que intentando hacer que comprenda el hecho de que no tenemos el dinero para comprarle ese juguete caro que nos pide. Lo mismo puede aplicarse a nuestra mente, démosle la oportunidad de meditar, para alcanzar la calma y poder razonar mejor.
Puede que mucha de la autocrítica que nos hagamos esté bien fundada, pero esto no significa que hemos fracasado y que es el final de la historia. En lugar de ponerle atención al pensamiento negativo, digamos “si puedo”. Por ejemplo: si el propósito es cerrar un ciclo doloroso, no pensar en el tiempo que llevara en olvidar, sino pensar en la tranquilidad y felicidad cuando esos fantasmas que se empeñan en estar presentes, ya sean parte de un pasado que se fue y que no volverá.
Nunca trates de olvidarte o cortar de raíz con los malos hábitos, lo mejor es buscar substitutos y encontrar mejores alternativas. Lo que no te debes permitir, es por ejemplo, volver a cortar una relación una y otra vez porque siempre insiste en verse otra vez contigo. Para cortar con un amor es mejor hacerlo volcándonos a una amiga, visitándola durante el tiempo que normalmente pasaríamos con él, seguramente más de una amiga estará contenta de ir al cine contigo.
Algo que podrías considerar es estudiar una carrera, generalmente esta opción es descartada y ni considerada por el largo tiempo que suponen, pero el tiempo no se detiene y en 3, 4, o 5 años, podrías estar disfrutando de tus logros. Si no te decides a estudiar, y lo haces, puede que dentro de esos mismos años que llevaría estudiar la carrera estés lamentándote por haber seguido con la vida igual, sin riesgos y sin progresos.
En lugar de planificar llegar a la perfección de nuestra vida, simplemente planifiquemos hacerla un poco mejor. Si nos proponemos a ganar pequeñas batallas, estaremos más cerca de ganar la guerra.
Empieza ahora mismo siguiendo tu necesidad, dejándote llevar por tus propios consejos, por tus propias promesas, para arreglar en tu propio beneficio lo que nadie más podrá arreglar. Con ello te darás cuenta que poco a poco puedes encontrar la forma de poner lo que se dañó o se rompió, en proceso de cicatrización. Como siempre, pensando primero en ti, repite constantemente lo que deseas, obsérvate a ti misma gozando de los beneficios de tus logros, ten siempre presente que el temor y el miedo se reflejan en tu rostro, proyectamos nuestros temores en las cosas y personas en quien posamos nuestros ojos.
Muchos libros de filosofía o de autoayuda nos proponen diferentes formas de evitar pensamientos negativos con posturas corporales, algunas rutinas respiratorias o simplemente ser optimistas y rechazar pensamientos negativos, sin embargo aunque no en su totalidad.
, empezando desde los más simples hasta los pensamientos más complejos. Muchas veces nos pereza, y en lugar de darnos un baño para desecharla, nos sentamos en el sofá; cuando el día está por terminar nos lamentamos por lo que dejamos pendiente de hacer y nos vamos a la cama pensando en el desorden de la casa cuando nos resultaría más fácil y placentero descansar y despertar en una casa limpia y ordenada. Si cuando nos entra la tristeza saliéramos a contemplar el cielo en lugar de ponernos a llorar, seguiríamos tristes pero con la esperanza de que mañana será mejor, porque mañana el cielo estará igual de limpio y despejado.
La cuestión es que los pensamientos negativos tienen entrada fácil a nuestra mente, simplemente porque no sabemos decir no.
Es muy importante tener presente que no podemos pretender arreglar ni controlar nada de lo que pasa en nuestro exterior, sin antes tratar de controlar nuestros propios pensamientos, tratar de cuidar que no entren en nuestra mente no es un trabajo sencillo, y en ocasiones podríamos sentir que no hay cambios, pero cuando damos lugar a los pensamientos positivos, algo cambia en nuestro interior que acaba provocando cambios externos.
Tratemos de actuar siempre con fe y tranquilidad, desechando el conflicto, el temor, la envidia y la crítica; muchas veces debemos bloquear los deseos de venganza para darle paso a la fuerza interna; cuidarnos de los pensamientos negativos, no es pérdida de energía si los cambias por positivismo. Debemos creer que lo que deseamos es posible. Supone un gran cambio, pero para lograr nuestros objetivos, por sencillos que sean, no debemos olvidar el poder de la mente. Somos nosotras mismas quienes debemos tomar la determinación de creer que lo que deseamos es posible.
Estás dispuesta a cambiar pensamientos negativos por positivos?
Con el cariño de siempre:
Amanecer cautiva del amor.
Amanecer cautiva del amor.